domingo, febrero 07, 2010

Entrevista de Naomi Klein a Michael Moore

“El capitalismo es la legalización de la codicia"
Michael Moore

( Naomi Klein ) -Volviendo a Wall Street, me gustaría hablar un poco más sobre el extraño momento en que nos encontramos. Toda la rabia contra Wall Street, contra los ejecutivos de la (aseguradora) AIG, cuando la gente se manifestaba, no sé qué pasó con todo eso.Lo que yo siempre temí es que esa enorme rabia que puede verse en tu película, esa especie de insurrección ante el rescate financiero a las elites, contra las gentes que crearon el desastre, si no se canalizaba en un proyecto real para cambiar el sistema, entonces podría fácilmente reorientarse y dirigirse en contra de la gente más vulnerable en nuestra sociedad, quiero decir, los inmigrantes, degenerando en rabia racista. Lo que trato de averiguar es esto: ¿se trata de la misma rabia o crees tú que son dos corrientes completamente distintas de la cultura norteamericana? Las gentes que estaban indignadas con AIG, ¿son las mismas que expresan ahora su indignación contra Obama y el ideal de la reforma del sistema de salud?

( Michael Moore) –No creo que sea eso lo que ha pasado. No estoy nada seguro de que sea la misma gente. Por lo que he podido ver en mis viajes por todo el país cuando filmaba mi película hay algo más que está rugiendo cerca de la superficie. No puedes evitar el estallido de indignación en algún momento cuando una de cada ocho hipotecas ha terminado penalmente o con desahucio, cuando hay un desahucio cada 7,5 segundos y la tasa de desempleo sigue creciendo. Eso tiene su propio punto de saturación. Y lo triste de todo eso es que, históricamente, cuando todo esto ha ocurrido, la derecha ha sido capaz de manipular con éxito a quienes han sido duramente golpeados, sirviéndose de su rabia para apoyar a lo que solían llamar fascismo.¿Qué ha pasado desde el crac? Hace un año ya. Yo creo que la gente sintió que, votando por Obama seis semanas después, saldría del sistema, y que Obama sería capaz de encauzar bien las cosas. Y lo cierto es que Obama promete parsimoniosamente hacer bien muchas cosas, pero luego cumple muy poquitas. Bueno, eso no quiere decir que yo no esté muy contento con ciertas cosas que le he visto hacer. Y tal vez sea yo un poco demasiado optimista aquí, pero Obama fue educado por una madre sola y los abuelos, y no creció con dinero. Y aunque fue lo suficientemente afortunado para ir a Harvard y licenciarse, no fue allí para estudiar algo que pudiera hacerles rico y decidió trabajar en los barrios de la ciudad de Chicago. ¡Ah! Y decidió cambiar su nombre, para volver a lo que figuraba en su certificado de nacimiento: Barack. Lo que no es precisamente el paso que daría alguien que pensara en convertirse en político. Así que, creo yo, nos ha mostrado a lo largo de su vida muchas cosas reveladoras de dónde está su corazón, y durante la campaña electoral tuvo el desliz de decirle a Joe el Fontanero, que creía en la distribución equitativa de la riqueza.Obama tendrá que hacer más para destruir lo que ha de ocurrir en este país en términos de participación en su democracia. Así que espero que entienda la carga que lleva sobre sus espaldas y haga lo correcto.

Más sobre la entrevista:
http://www.elargentino.com/nota-76702-El-capitalismo-es-la-legalizacion-de-la-codicia.html

Fuente original ( en inglés ):

http://www.thenation.com/doc/20091012/moore_podcast


Javier Alvarez

sábado, febrero 06, 2010

Falso Sí mismo

El término “falso sí mismo”, elaborado por las teorías psicológicas contemporáneas, comenzó a utilizarse durante el siglo XIX para designar la falsa imagen humana creada por las conciencias de las personas en virtud de los roles que se generaban dentro de la sociedad.

Según autores como Morris Berman, académico y crítico humanista especializado en historia de Occidente cultural e intelectual, el falso sí mismo corresponde a la imagen humana que, concientemente, crean las personas para que ésta ejecute las acciones necesarias en virtud del éxito que se busca obtener. Herbert Marcuse, plantea que los seres humanos se reconocen por lo que poseen - que les otorga cierto grado de éxito - convirtiéndose en ello. Por otro lado, R.D. Laing,propone que el sujeto se mueve en el mundo regido por un sistema, y que éste exige ciertos roles sociales que obliga al hombre a ocultar su verdadero yo desarrollando un “falso sistema de sí mismo”.
Origen del término
El falso sí mismo se remonta a los efectos que trajo consigo la implementación de un nuevo paradigma – Modernidad-. Junto a el, la idea de progreso indefinido se perfiló como fin en la mentalidad del hombre moderno. Distintos avances en el ámbito de las ciencias, medicina, tecnologías y progresos geográficos, entre otros, respaldan el planteamiento propuesto por la nueva concepción del mundo.

A modo de legado de Revolución industrial (XVIII) los hábitos y valores de la humanidad comenzaron a ser guiados por un sistema capitalista que, a pesar de generar beneficios económicos, caló en los espíritus de innumerables generaciones logrando llegar a los aspectos psíquicos más íntimos del ser humano y colapsar valores tradicionales que lo guiaron durante el medioevo.

Producto del cambio paradigmático que conllevó la transición de una época histórica a la siguiente (de Edad Media a Edad Moderna) el éxito, según Berman - en todo orden de aspectos- se transformó en una meta clave para conseguir la felicidad. Esta situación, que trajo consigo una fuerte pérdida del significado en la vida de muchos y que contribuyó al colapso de los antiguos valores del teocentrismo pilotos de las formas conductuales durante la Edad Media, continúa aportando a una época en que la humanidad permanece fiel a sus “conciencias alineadas”,[1] - al sentir que el mundo ahora se rige según los designios humanos y al separar totalmente a la naturaleza del sujeto - y en donde la gente se reconoce por sus bienes, convirtiéndose en lo que poseen y de esta forma generando una “conciencia feliz”[2]

Identificación del concepto
A partir de la fusión del ser humano – su propia esencia- y sus bienes, el hombre generó roles que debían responder a ciertas conductas sociales, roles que debían ser exitosos en lo que desempeñaban y que, con el paso del tiempo, forjaron una imagen falsa de lo que realmente constituía la esencia de las personas. La generación de un “falso sí mismo” es lo que mantiene a esta época como una edad oscura, depresiva y evasiva de las realidades, en donde la sociedad busca evitar un sistema establecido por ella misma tomando caminos alternativos como las drogas,tranquilizantes y alcohol. Finalmente, la entropía que se ha generado en el mundo, producto del mal uso del sistema, ha contribuido a un intenso caos económico, tecnológico y ecológico, provocando distintas reacciones psíquicas y desintegrando aspectos espirituales de la humanidad. Como lo es la conciencia humana.

Un estudio realizado por R.D.Laing, que trataba oficialmente de la esquizofrenia, evidenció de qué forma la psiquis del ser humano se organizaba para crear una falsa imagen de sí con el objetivo de proteger su verdadero yo de las manipulaciones del sistema. Esta falsa imagen, plantea una irrealidad en las relaciones sociales, pues el sujeto no da a conocer su verdadero yo. Así lo propone Berman: “el hombre se mueve en un mundo de roles sociales, de rituales interacciónales y juegos complejos que lo obligan a proteger al sí mismo desarrollando un falso sistema”. ”[3]

Forma de operar
La operación que ejecuta la falsa imagen es posible gracias a que el yo real se retira de la situación de interacción con otro y permanece como observador, mientras que el propio cuerpo – con una falsa imagen- se relaciona con el otro ser. De esta manera, se evidencia una relación ficticia. El falso sí mismo ejecuta la interacción artificial con el fin de lograr el éxito propuesto por el yo real. Proceso que es reforzado durante toda la vida de los seres humanos, en virtud de lo que impone la cultura. Según Laing, el objetivo de utilizar una imagen irreal es proteger la esencia real de la persona.

“El objetivo de crear una falsa imagen de sí, es proteger al mismo real. El real obviamente se sofoca al ir el ser humano escondiéndolo cada vez más. El ambiente se torna cada vez más irreal. Nos atormenta nuestra falsedad, nuestra representación de roles, nuestro huir del intento de llegar a ser lo que realmente somos o podríamos ser. A medida que aumenta la culpa, silenciamos las voces en caminos alternativos. Cuando se acaban los caminos alternativos quedamos aterrorizados por nuestra propia traición y por la vacuidad de nuestros éxitos manipulados”. ”[3]
Idea de la Falsa conciencia:Maestros de la sospecha
Durante el siglo XX, hubo quienes establecieron críticas al sistema. Los llamados “maestros de la sospecha”, denominación establecida por Paul Ricoeur - filósofo y antropólogo francés conocido por su intento de combinar la descripción fenomenológica con la interpretación hermenéutica - para denominar a Freud, Marx y Nietzsche, instalaron la sospecha en el paradigma moderno y criticaron el racionalismo estableciendo la hermenéutica como método igualmente válido para entablar verdades. Plantearon que el nuevo sistema provocaba que el sujeto ya no respondiera en sus comportamientos a la propia conciencia, sino a la razón. Conducta que denominaron “falseamiento de la conciencia”. De acuerdo a esta hipótesis, cada uno de ellos analizó la conciencia humana a partir de la forma en que ésta se veía influenciada por la cultura.

Sigmund Freud, instaló en su estudio una perspectiva para entender al sujeto desde la sicología. Planteó que en el hombre existen tres estadios psicológicos: conciente (yo), preconsciente,superyo e inconciente,ello. El yo, también conocido como ego, responde al comportamiento humano en el mundo exterior desde de la alternación del ello con el superyó. El superyó, alude a los comportamientos moral y socialmente correctos. Freud caracteriza al superyó como “severo y cruel, con capacidad de volverse contra la propia base pulsional del hombre…” “…obliga a dejar una postura infantil y a funcionar como ley””.[4] El ello, definido por Freud como una “fenomenología invertida de lo impersonal y lo neutro. Un neutro cargado de representaciones e impulsos, un neutro que sin jamás ser un yo pienso, es algo como un ello que habla y que se traduce en laconismos, en los desplazamientos de acentos significantes y en la retórica del sueño y de chiste””.[5]

A partir de estos tres estadios, este maestro hizo referencia a que el ello se ve opacado por el superyó, dando el sujeto a conocer al exterior un yo que alterna ambos campos anteriormente mencionados. El padre del psicoanálisis busca, de acuerdo al raciocinio planteado, demostrar que el hombre está falseando su conciencia al aplacar sus verdaderos instintos, pulsiones , en virtud de un comportamiento social convenido por la cultura.

Karl Marx,aludió a que su análisis respondía a la nueva forma de entender el mundo y la sociedad – gracias a la nueva concepción de vida instalada por el paradigma moderno-. Planteó que “no está siendo la conciencia del hombre lo que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que está determinando su esencia” ””.[6] Marx apuntó a que la materialidad de la vida estaba fijando la conciencia del sujeto y su esencia en sí. Es decir, el hombre estaría condicionando su calidad de ser humano a un rol laboral que cumplir. Según este pensador, el sujeto está falseando a su conciencia al creer que vive en libertad, cuando en la realidad, vive preso de un sistema que lo “alinea con su trabajo”.[7]

Friedrich Nietzsche, evocó su análisis a la existencia y moral del hombre. Planteó que en la conciencia del individuo existe una voluntad de poder ser. Nietzsche propuso dos mundos, uno apolíneo, dirigido por el dios griego Apolo, quien representa “la bella apariencia y al mismo tiempo es el dios del conocimiento verdadero” ”[8] y uno dionisíaco, dirigido por el dios griego Dionisio, quien traza un cosmos de “juego con la embriaguez y con el éxtasis, un mundo que eleva hasta el olvido de sí al hombre natural””.[9] De acuerdo a las visiones propuestas, este maestro expone que el mundo de Apolo representa lo que debe ser. El conocimiento verdadero de las cosas desembocaría en un orden lógico que supone un determinado comportamiento del ser humano. Antagónicamente, Dionisio encarna los sueños, los deseos y pasiones más intimas. Una voluntad de querer ser. Para el filósofo, existe un falseamiento de la conciencia al vivir el hombre en un mundo regido de forma apolínea, el que no permite la entrada de un estado dionisiaco en el que el sujeto tenga la voluntad de encarnar sus deseos más íntimos, es decir, la voluntad de poder ser. En este aspecto, la sociedad sería quien propone un mundo dirigido apolíneamente en desmedro de lo que realmente el individuo desea.

En conjunto, los maestros de la sospecha establecieron una profunda crítica a lo que se venía gestando - presentado por el nuevo paradigma en complementación con la filosofía- como verdades absolutas. Plantearon que el racionalismo, al que el hombre estaba respondiendo, negaba la naturaleza del sujeto como tal, su conciencia y reprimía los deseos más íntimos de éste.

La creación de una falsa conciencia, presentada por Freud, Marx y Nietzsche, responde a la instauración de una falsa imagen – falso sí mismo- propuesta por el ser humano. El exterior, su conciencia, el yo que planteó Freud, se ve obligado por convenciones sociales a comportarse de una determinada manera, superyó propuesto por el mismo maestro y el mundo apolíneo presentado por Nietzsche, que impide a las pulsiones, deseos más íntimos, llegar a concretarse. (Relación con la voluntad de poder ser de Nietzsche). Es decir, según lo planteado por Marx, la esencia del hombre, su conciencia, está siendo condicionada por la sociedad.

Falso sí mismo de hoy: Sociedad Actual
En respuesta al sistema propuesto, el ser humano ha buscado distintas alternativas. El consumismo, es una de ellas. Menciona Berman: “el trabajador no compra bienes porque se identifica con el modo de vida, sino porque está angustiado y cree que esta angustia se puede mitigar con los bienes materiales. El consumismo es visto paradójicamente como un modo de salida del sistema que lo ha dañado y que secretamente aborrece; es un modo de mantenerse libre de la garra emocional del sistema””[10]

“El consumo, tiene un significado similar al que antes tenía el trabajo. Sería la cristalización física de la identidad individual, al tiempo que un nuevo anclaje material al vínculo social. Lo novedoso que el consumo aporta a la cultura tiene que ver con los nuevos elementos que brinda la escenificación de “sí mismo” de cada a los demás, pero también, con el hecho de que genera un imaginario colectivo acerca de la sociedad””[10]

De acuerdo a lo anteriormente planteado, los bienes materiales constituirían un punto importante en la vida del hombre, no sólo para subsistir, sino también para demostrar y establecer las categorías que estructuran su condición social. Condición exigida por el mismo como barómetro de éxito.

“Los individuos usan los bienes materiales de consumo para clasificar y jerarquizar un sinnúmero de experiencias cotidianas””.[11]

Referencias
1↑ Berman, Morris, “El reencantamiento del mundo”, Editorial cuatro vientos, página 16
2↑ Berman, Morris, “El reencantamiento del mundo”, Editorial cuatro vientos, página 17
3↑ a b Berman, Morris, “El reencantamiento del mundo”, Editorial cuatro vientos, página 19
4↑ Ricoveur, Paul, “Freud: una interpretación de la cultura”, capítulo II, página: 394
5↑ Ricoveur, Paul, “Freud: una interpretación de la cultura”, capítulo II, página: 388
6↑ Sanhueza, Beatriz, Gabriel, “ La ruta de Occidente”, Programa de Bachillerato U.D.P., página 87
7↑ «El Trabajo en Marx - Monografias.com».
8↑ Nietzsche, Friedrich, “La visión dionisiaca del mundo”, capitulo I, página 1
9↑ Nietzsche, Friedrich, “La visión dionisiaca del mundo”, capitulo I, página 2
10↑ a b Berman, Morris, “El reencantamiento del mundo”, Editorial cuatro vientos, página 18
11↑ Berman, Morris, “El reencantamiento del mundo”, Editorial cuatro vientos, página 99

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Falso_s%C3%AD_mismo"

Discurso de un Veterano de la guerra en Irak